“En México, el periodismo se ha convertido en una profesión de alto riesgo”.
El diagnóstico, elaborado por esta institución de la Organización de Estados Americanos (OEA) reitera así su preocupación “por el incremento generalizado de agresiones en perjuicio de periodistas, principalmente, en el caso de homicidios y desapariciones, así como la impunidad imperante para castigar tales ilícitos”.
“La vulnerabilidad de los periodistas en México ante el crimen organizado, especialmente ante los carteles del narcotráfico, fue nuevamente puesta de manifiesto en su más trágica dimensión durante 2008”, se enfatiza en el reporte.
“Desafortunadamente, la constante en éste último año sigue siendo la violencia”, dice esta abogada de nacionalidad colombiana, nada ajena a la violencia de los carteles de la droga y a la intolerancia del poder político que la han convertido en una de las más feroces defensoras de la libertad de expresión en su país y en Latinoamérica.
Precisamente, Botero destaca las conclusiones del reporte que apuntan también, en el caso de México, hacia una creciente intolerancia política que se ha ensañado contra algunas radios comunitarias y ha convertido en víctimas a periodistas como Teresa Bautista y Felícitas Martínez, ambas colaboradoras de una estación comunitaria en San Juan Copala, en Oaxaca, asesinadas el pasado mes de abril.
Además, el reporte vuelve a destacar el caso del periodista estadounidense Bradley Will, asesinado en Oaxaca en octubre del 2006, cuyo caso sigue sin esclarecerse a pesar de las críticas y recomendaciones emitidas por instancias como la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH).
En el caso de México, y de acuerdo a la información estadística recopilada por la relatoría, “entre 1995 y 2005 fueron asesinados en México 20 comunicadores sociales por motivos presuntamente relacionados con el ejercicio de la actividad periodística”.
Durante el año 2006, según el mismo reporte, se registraron nueve asesinatos y un desaparecido y, en el 2007, se reportaron tres homicidios y tres desapariciones.
“Creo que aún no se valora en su exacta dimensión la importancia de la libertad de expresión en una sociedad democrática”, asegura Botero mientras lamenta que instancias como la Fiscalía Especial para la Atención de Delitos cometidos contra 
Periodistas (FEADP) sigan, a tres años de su creación, sin contar con los suficientes recursos humanos y financieros para cumplir con su tarea.
“No se han hecho, por ejemplo, suficientes esfuerzos para afrontar el enorme problema que supone la amenaza contra periodistas por parte de los carteles de la droga en las fronteras norte y sur del país”, considera Botero.
Finalmente, y al igual que en reportes anteriores, el informe vuelve a insistir en la necesidad de garantizar una mayor pluralidad de los medios en México:
“Desde el año 2000 hemos sostenido que los Estados tienen que aplicar leyes antimonopolio para generar más pluralismo y verdadera competencia en el mercado de las ideas”, asegura Botero para insistir en uno de los temas que se han convertido en caballo de batalla de esta organización.
Fuente: Periodismo en Mexico
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